Las circunstancias a las que todos hemos tenido que adaptarnos durante los últimos meses han pasado factura a nuestro estado mental de muchas maneras. Las medidas de protección adoptadas para combatir la pandemia de Covid-19 han afectado a todos los ámbitos de actividad y a la dinámica de los empleados de cada empresa o institución. Ya sea que su oficina vuelva a casa o que su lugar de trabajo siga siendo el mismo, su resistencia a la incertidumbre seguramente se pondrá a prueba en todo momento. Desde un estado de preocupación más pronunciado hasta una disminución del rendimiento, sólo puede haber un paso en el contexto de los síntomas típicos de la depresión. A continuación veremos los principales riesgos que nos plantea la pandemia desde la perspectiva del estrés, y los mecanismos a través de los cuales podemos prevenir los efectos nocivos de toda la situación.
¿Con qué emociones te puedes identificar?
El primer paso para mejorar tu condición es intentar definir exactamente cómo te sientes. Lo que los psicólogos llaman «introspección», el acto de utilizar nuestra propia racionalidad para evaluar nuestros pensamientos y dilemas, nos ayuda a identificar los obstáculos que nos frenan y, a veces, incluso afectan inmediatamente nuestra productividad. Cuando obtengamos una comprensión más precisa de las manifestaciones que dominan nuestros pensamientos, seremos capaces de estructurar las respuestas basadas en la actitud correcta hacia la fuente del estrés. Durante este tiempo, los sentimientos y emociones (a veces contradictorios) que podrás identificar incluyen:
- apatía permanente;
- actitud pesimista;
- la sensación de irritación;
- falta permanente de esperanza en lo mejor;
- el perpetuo estado de nerviosismo;
- actitud demasiado distante hacia cuestiones importantes;
- falta de motivación personal y profesional;
- fatiga mental;
- incapacidad para concentrarse;
- la sensación de asfixia, seguida de la ilusión de desmayo.
¿Qué factores pueden contribuir a la acumulación de estrés?
Hay muchas razones por las que ya podríamos haber experimentado los síntomas mencionados anteriormente, sin la presión de una situación epidemiológica mundial sin precedentes. El salario podría ser insuficiente, las obligaciones del trabajo abrumadoras, las perspectivas de ascenso podrían esperarse demasiado y la difícil relación con la dirección podría aumentar la sensación general de estrés. Todas estas son preocupaciones que pesan constantemente en la mente, independientemente de los desafíos del momento. Independientemente de las razones por las que usted podría adquirir una predisposición a la ansiedad, ahora generalmente se ven amplificadas por la incertidumbre adicional que sentimos. Cada vez nos preguntamos más cuánto durará esta situación y cuáles serán sus consecuencias a largo plazo, lo que se suma a las preocupaciones ya existentes sobre problemas como la sobrecarga de trabajo o malentendidos en la relación con algunos compañeros. Las fuentes de estrés más comunes en los tiempos que vivimos son:
- preocupación por los riesgos que enfrentamos en trabajar;
- cuidar de familiares y colegas cercanos;
- la dificultad generada por el cambio de horario o la imposición de normas de protección;
- la sensación de que no estás haciendo suficientes esfuerzos para prevenir los riesgos que te rodean;
- Inseguridad laboral;
- retrasos en la transferencia del salario;
- rotación de personal entre compañeros de trabajo;
- el peso de asimilar nuevo software, necesario para la actividad profesional;
- la dificultad de trabajar desde casa, simultáneamente con el cumplimiento de las tareas del hogar;
- Difícil acceso al departamento de recursos humanos.
¿De qué manera construyes tu resistencia a la ansiedad?
Es muy normal experimentar todas las sensaciones descritas anteriormente durante este período. La entrada en el estado de emergencia nos provocó a todos un estado de inquietud y trastocó el ritmo con el que llevábamos a cabo nuestra actividad. Mantener el peligro de carácter epidemiológico durante tanto tiempo nos desanimó y nos llevó a la situación de alternar la disciplina con momentos de revuelta. Con todo, la ansiedad, como consecuencia natural de verse desafiado por un peligro que ni siquiera podemos ver, se ha convertido en un componente básico de la vida cotidiana. A todo esto se suma la sensación de que nos han privado del placer de pasar unas vacaciones, viendo un espectáculo en directo o una película en el cine, en condiciones naturales. Aunque no puedes tener un control total sobre cómo la pandemia puede afectarte a ti y a tu familia, y mucho menos sobre la evolución general de la pandemia, sí tienes la capacidad de atenuar los efectos en tu estado mental. Las siguientes recomendaciones le serán útiles a largo plazo, en un intento de encontrar aquellos puntos de referencia que alivien la incertidumbre, el miedo y la falta de iniciativa:
- comunicarse constantemente con su gerente y los miembros del equipo para mantener relaciones sociales normales y practicar su habilidades profesionales;
- discutir abiertamente con la gerencia cada vez que identifique una infracción en las medidas de seguridad de los empleados;
- no descuides las pausas en el trabajo, durante las cuales podrás disfrutar de un té o hacer ejercicios de estiramiento;
- terminar su tarea a la hora en que normalmente finaliza su horario de trabajo;
- pasa tu tiempo libre en la naturaleza y trata de tener un estilo de vida activo;
- evitar noticias de pánico, de la prensa o de las redes sociales, sobre la pandemia;
- mantenerse en contacto con viejos amigos o familiares por teléfono o aplicaciones de chat;
- no dejes que los excesos de alcohol o comida entren en tu hábito, como formas de desviar tu atención del estrés;
- da importancia a la disciplina del sueño, sin los minutos que se pasan junto al smartphone o viendo la televisión, antes de conciliar el sueño;
- Busque el consejo de su médico de familia y la ayuda de un médico especialista en salud mental, si los estados de ansiedad no desaparecen.
Cada uno de los gestos que realices para mejorar tu estado mental repercutirá positivamente en tu desempeño profesional. Intente conocerse a sí mismo lo mejor posible, siga las recomendaciones anteriores y no dude en pedir ayuda competente cada vez que sienta la necesidad.