No hace falta decir que las personas con discapacidad enfrentan desafíos todos los días que otras personas no enfrentan. Estos obstáculos repercuten en todos los aspectos de la vida, especialmente en el ámbito profesional. Sin embargo, hay muchas personas que, a pesar de sus discapacidades, logran alcanzar logros sorprendentes. La confianza en uno mismo, la capacidad de comunicarse eficazmente, la capacidad de decir lo que se quiere y el coraje de pedir lo que se necesita son cualidades imprescindibles tanto en la vida social como en el entorno profesional. Afortunadamente, se pueden adquirir.
La situación de las personas con discapacidad en Rumanía
Según la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (CNUDPD), las personas con discapacidad «son aquellas personas que tienen discapacidades físicas, mentales, intelectuales o sensoriales de larga duración que, en interacción con diversos obstáculos, pueden impedir su pleno y participación efectiva en la vida social, en condiciones de igualdad con los demás».
Según los datos de la Autoridad Nacional para las Personas con Discapacidad (ANPD), a finales de junio de 2019 estaban registradas en Rumanía 833.131 personas con discapacidad, y aproximadamente el 50% de ellas tienen la edad adecuada para trabajar.
Cómo comunicarte en el trabajo si eres una persona discapacitada
Como persona con discapacidad, encontrar un trabajo puede ser un desafío, pero tan pronto como ingrese exitosamente a la fuerza laboral, podrá decir que ha dado el paso más grande hasta el momento. La siguiente fase implica la adaptación y comunicación del lugar de trabajo. Incluso si le resulta difícil comunicarse abiertamente con su equipo, sus compañeros de oficina o su jefe, vale la pena superar este obstáculo. Aquí hay algunas direcciones que pueden serle útiles:
La comunicación es un desafío para cualquiera.
Si sus limitaciones no están relacionadas con problemas del habla o de la audición y sus limitaciones de comunicación se deben a la sospecha, es bueno saber que una buena comunicación es un trabajo duro, incluso para los gerentes más experimentados. En otras palabras, no se quede corto. Si se emociona mientras se comunica, no culpe a su discapacidad y recuerde que incluso las personas sin discapacidad tienen mucho que mejorar en su comunicación. Esta habilidad no es algo con lo que se nace, sino que se practica a través de la concentración, la voluntad, la perseverancia y la retroalimentación.
Una buena comunicación implica una escucha activa.
La comunicación eficaz no consiste sólo en hablar con claridad, sino también en escuchar y procesar la información. Muchos errores en el lugar de trabajo pueden ser el resultado de fallas en la comunicación. Los empleados pueden cometer errores al no escuchar atentamente una serie de instrucciones. Por eso es importante practicar la escucha activa, es decir, prestar la máxima atención a tu interlocutor, hacer preguntas si algo no está claro y brindar retroalimentación con información que comprendas.
Aprenda a hacer preguntas cuando tenga preguntas
Las preguntas son una de las formas más confiables de aprender sobre las personas que te rodean y su comportamiento. Los filtros, las suposiciones y los juicios personales pueden distorsionar el mensaje que envía la otra persona. Para asegurarse de comprender completamente el mensaje, haga preguntas aclaratorias. Por ejemplo, al final de una conversación, puedes resumir brevemente lo que entendiste usando expresiones como: “Quieres decir…” “Entonces, entiendo…” “En otras palabras, tengo qué hacer a continuación. «hacer…», «En resumen, quieres decir…».
Evite las críticas, pero acepte comentarios constructivos.
Muchas veces pensamos que nuestra solución es la mejor. Por eso a veces nos resulta difícil aceptar que pueda haber otras posibilidades favorables. Es más, cuando recibimos otra posibilidad o retroalimentación, nuestro primer instinto es decir que no. Se recomienda que cuando reciba comentarios se tome un momento para considerar si son constructivos. La retroalimentación debería ayudarte a crecer y ver cosas que de otro modo no notarías. La retroalimentación constructiva puede mejorar la forma en que interactúa un equipo o el ambiente de trabajo. Además, así como evitamos criticar a los demás, también debemos evitar criticarnos a nosotros mismos. La confianza nos ayuda a comunicarnos con los demás de forma más eficaz, honesta y abierta.
Conozca los derechos de las personas con discapacidad
Comunícate siempre con tu gerente sobre cómo encajarás y cualquier problema que tengas para comunicarte con tu equipo. Es importante sentirse cómodo en el trabajo. También puede preguntarle a su empleador qué derechos tiene. Por ejemplo, si inicialmente desea trabajar a tiempo parcial o trabajar un máximo de 6 horas según la ley, cualquier persona discapacitada puede trabajar menos de 8 horas al día si se beneficia de derivaciones. Evaluar el trabajo del Comité al respecto. Es bueno conocer todos tus derechos y las ventajas que aportas a tu equipo.
Comunicación y actitud hacia las personas con discapacidad.
Cuando se trata de comunicación, su eficacia depende de la implicación de ambas partes. En otras palabras, cuando hay personas con discapacidad en el ambiente de trabajo, todo empleado debe estar familiarizado con algunas buenas prácticas para una buena interacción con ellas, por ejemplo:
- relaciónate como si estuvieras hablando con alguien más, no mires fijamente, compórtate con normalidad, relajado;
- evite hacer preguntas inapropiadas, como «¿Qué te pasó?», «¿Por qué no puedes caminar normalmente?»;
- hablar directamente con la persona con discapacidad, no a través de otros compañeros;
- no utilice términos ofensivos (como «discapacitado», «discapacitado», «discapacitado mental», «enfermo») y trate a las personas con discapacidad como iguales;
- manténgase concentrado, escuche atentamente, observe el punto de vista de la otra persona, responda con empatía.
Muchas personas se sienten incómodas con personas con discapacidad, no por la discapacidad en sí, sino porque no saben cómo comunicarse en presencia de una persona con discapacidad. Pero, con la ayuda de la empatía y las reglas del sentido común, todas estas barreras se pueden superar.